A la fecha, 50 % de las zonas húmedas en el mundo desaparecieron en el siglo XX, existen 3,500 especies animales amenazadas por la escasez de agua, y 25 % de los ecosistemas fluviales están en riesgo de desaparecer.
Por eso hay que racionalizar el ahorro y consumo del agua, con procesos industriales que maximicen sus procesos para preservar el valor de este recurso. Una buena opción para empezar son las tecnologías de datos y analítica.
La industria acuífera necesita cambiar. Las organizaciones que gestionan el uso de agua ya sufren serios problemas de abasto y escasez en todo el mundo. Y por diversos cambios en nuestros estilos de vida (más consumo de granos, carnes y prendas de algodón), el consumo de agua per cápita se duplicó en el último siglo.
El Foro Económico Mundial (WEF, en inglés) estima que la infraestructura acuífera sufrirá un déficit presupuestal de 26 millones de dólares, también para el 2030.
Datos del Banco Mundial indican que la Tierra pierde del 25 al 35 % del aguapor fugas y ráfagas.
La pérdida en costos de producción y utilidades de esta agua sin ingresos es de 14 mil millones de dólares.
La demanda no dejará de crecer. Si no se atiende, la falta de agua limpia reducirá las fuentes alimenticias, energéticas y económicas del planeta en poco tiempo.
Una de las soluciones más recientes entre las empresas es utilizar tecnologías digitales y analítica de datos. La idea es crear algoritmos que les permitan detectar y controlar fugas de agua, en el menor tiempo posible.
Estas herramientas también mejoran el mantenimiento, la planeación de infraestructura, el servicio al cliente y, por supuesto, la conservación del agua.
Quizá el reto más importante de estas innovaciones sea imprimir el cuidado del agua en la filosofía del negocio, y de sus empleados. La clave para lograrlo está en la transformación social y de procesos.
Sociedad
Los datos y su interpretación es sólo la primera parte del trabajo. Después, las personas tienen que comprometerse para actuar con base en la información recolectada, para prevenir desperdicio de agua.
Aquí está el problema: el análisis de prevención detecta las fugas, pero éstas sólo se resuelven después de que suceden. ¿Por qué? Es más difícil llevarse el crédito merecido al prevenir la fuga, que al detenerla.
Además, esos costos de reparación son cubiertos por los consumidores. Por ejemplo, algunas ciudades de Estados Unidos han instalado smart meters. Son medidores para agua que pueden costar hasta 60 millones de dólares (en ciudades con 150 mil conexiones de agua); es decir, 15 % de los ingresos anuales para las industrias acuíferas locales.
El problema es que, al reparar las fugas después de que sucedieron, o cuando se reportan alertas falsas, los reclamos y costos de reparación ocasionan mayores pérdidas económicas para las comunidades que financian esta innovación.
Otra cuestión es que, debido a los inevitables problemas que conlleva el uso de la nueva tecnología, los empleados que revisan esos datos de fuga y flujo desconfían del sistema, creando la necesidad de nuevas capacitaciones para mitigar las dudas del mismo.
Por eso, naciones como Australia, Israel y el Reino Unido ya están estableciendo multas por ineficiencia en la prevención de fugas. De esta manera motiva a la industria del agua para adoptar tecnología de datos y promover la prevención y buen uso del recurso.
Claramente, las nuevas tecnologías son activos que pueden contribuir con creces a la gestión del agua, pero las personas (dentro y fuera de las empresas), necesitan conocerlas, adoptarlas y utilizarlas como medios preventivos. Eso permitirá tomar decisiones con grandes beneficios de ahorro, calidad, inversión, crecimiento y rentabilidad.
La analítica de datos permite dar respuestas más rápidas, al recibir notificaciones directas sobre fallas y fugas en el sistema de agua de las ciudades, para reparar o prevenir los problemas con rapidez.
En el caso del sistema de agua en Romania, la institución debió transformar sus métricas y procesos para optimizar el uso de datos. Redefinieron las metas, creando procesos semanales y mensuales para evaluar el trabajo, como la detección y el tiempo de reparación de fugas en tiempo real.
Para mejorar la experiencia del cliente, establecieron ciclos de venta y comparativos por regiones para promover la competencia amistosa ente los empleados, impulsando su trabajo e involucrándolos en la toma de decisiones.
Ahora, obtener energía con economía y sencillez es una realidad cada vez más común. En Mexpo queremos hacer un cambio positivo para el mundo, con nuevas soluciones a los dilemas del medio ambiente y el compromiso con las nuevas generaciones.
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