Siempre buscamos nuevas soluciones que cambien al mundo y protejan a nuestro planeta. Una de las más imperativas es la reducción del Co2 (dióxido de carbón) para mitigar el cambio climático.
La meta en 2009 fue no superar los 2.0 °C; eso causaría la muerte de todos los corales, tormentas y calor más letales, y la destrucción de costas e islas por la elevación del nivel del mar. Un incremento de 1.5 °C en el clima también sería devastador, aunque más benéfico para nuestra supervivencia biológica y económica.
El problema es que alcanzar esa meta requiere una “transición relámpago” en infraestructura, urbanismo, energía y sistemas industriales. Al final, debemos reducir las emisiones de Co2 al 45 % en 2030; y eliminarlas por completo en 2050.
Y pronto 8 mil millones de bocas que necesitaremos más alimento, transporte, vivienda, ropa, entretenimiento… tenemos que proveerlo todo, sin generar emisiones de carbono. Naturalmente, los ambientalistas han reaccionado con mucha alarma… y no están solos. Muchos líderes empresariales también buscan soluciones contra la catástrofe.
Contra el Co2
Algunas de las acciones que diversas empresas toman para reducir sus emisiones son las siguientes:
Invertir en sistemas de luz y calefacción ahorradores, que pueden regularse con Inteligencia Artificial. Así optimizan las operaciones y el uso del suelo, e introducen vehículos verdes a las flotillas de logística.
Involucran y capacitan a sus empleados (con premios e incentivos) para innovar, idear soluciones operativas o crear productos que les permitan a los clientes y proveedores reducir sus propias emisiones.
Utilizar energía renovable en 100 % de sus operaciones, como ya lo hacen más de 150 marcas multinacionales.
Establecer metas de reducción para sus operaciones, con base en las soluciones recomendadas por la ciencia.
Otra clave corporativa interesante es que, sorpresivamente, diversas compañías esperan mejores regulaciones que los ayuden a cumplir las metas del cambio climático. Por ejemplo, después del retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París, 1,700 compañías se comprometieron a mantener el acuerdo, sin importar el decreto del gobierno.
Esto es porque las empresas comprenden que necesitan mucho más que innovación y buena voluntad para contribuir a la transformación de la economía verde. También reconocen que la regulación puede ofrecerles más beneficios comerciales, ingresar en nuevos mercados o crear ventajas competitivas.
Para lograr estos cambios, las organizaciones al frente del cambio climático realizan las siguientes acciones:
Respetar el liderazgo del gobierno, al mismo tiempo que se busca debatir y tomar decisiones conjuntas.
Buscar agendas políticas que sí busquen atender los retos sociales. No buscan intereses personales, sino colectivos.
Incluir a todos los actores clave: directores, agentes de gobierno, accionistas y la sociedad civil. Todos deben tener voz y voto en la regulación, así como en su cumplimiento.
Colaborar con organizaciones no gubernamentales para balancear los objetivos ideales, con estrategias económicas, benéficas y realistas, no sólo idealistas.
Promueven la transparencia y honestidad con negociaciones, para mitigar el estigma de las decisiones “a puertas cerradas”, entre gobierno y empresas.
En Mexpo siempre estamos en la búsqueda de nuevas soluciones que cambien al mundo y protejan a nuestro planeta. Desde 1983 somos el mayor fabricante de maquinaria pesada genuina en México para la industria del reciclaje.
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