También en el campo de la arquitectura se necesitan de nuevos materiales sustentables para las casas del futuro. Ahora también algunos desechos plásticos pueden tener algo positivo. ¿Cuál es el lado positivo de esto? Su utilización para la fabricación de paredes. Se trata de la madera plástica. ¿Quieres saber más? Revisa el siguiente artículo.
Los desechos plásticos afectan la vida marina
La basura marina representa un enorme problema en nuestros océanos. Algunos científicos advierten que, en 2050, la cantidad de plásticos en el océano superará la de peces.
Los materiales plásticos de todas formas y tamaños son omnipresentes en los mares y océanos. Se descomponen muy lentamente en el medio marino, pudiendo tardar más de 400 años.
La basura marina ha sido definida por la ONU Medio Ambiente como “cualquier material sólido, persistente, fabricado o procesado de que se descargue, evacue o abandone en el medio marino y costero. La basura marina consiste en artículos que han sido fabricados o usados por las personas y que son deliberadamente desechados en los ríos, mares y playas; arrastrados de forma indirecta a través de ríos, aguas sucias, aguas torrenciales o vientos; perdidos, incluido el material perdido en el mar debido al mal tiempo (artes de pesca, carga) o deliberadamente dejado por personas en las playas y las costas.”
Madera plástica: Un nuevo material para aprovechar los desechos
Después de analizar la triste situación de los mares debido a los desechos plásticos, un nuevo proyecto está en marcha. El proyecto busca contribuir a la sostenibilidad y disminuir la cantidad de desechos marinos.
Los desechos marinos como botellas, tapas y bolsas de plástico se están convirtiendo en paredes y techos de casas ecológicas con el proyecto desarrollado en Jalisco. De eta forma, la basura plástica que termina en mares y ríos puede tener un destino más amigable y servir como un hogar.
Este nuevo tipo de viviendas además de ser económicas, son resistentes a sismos, tienen propiedades térmicas y no se degradan o estropean como los muros convencionales. Han sido posibles gracias a la fabricación de “madera plástica”, un material hecho a base de diferentes polímeros.
El proyecto vino del ingenio del ingeniero Ramón Espinosa como una solución a la contaminación que produce la basura plástica generada tanto en los hogares como en la industria.
¿Cómo surgió la idea?
Desde que Ramón era estudiante de la Maestría en Energías Renovables, Espinosa deseaba crear un material que fuera resistente, abundante y que no afectara al medio ambiente.
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El resultado de varios años de pruebas con diferentes polímeros fue la “madera plástica”, una lámina altamente resistente que se obtiene de moler los plásticos que se utilizan día a día en el hogar: desde botellas de leche y bolsas hasta los esqueletos de aparatos electrónicos, además de materiales post-industriales.
El proceso de fabricación
Todos estos elementos son tratados y fundidos en máquinas especiales. De este proceso se obtiene una placa multicolor, lisa y capaz de soportar toneladas de peso o ser modificadas de acuerdo con las necesidades de la casa a construir.
El ingeniero añadió que, aunque es fabricada con plásticos, el material tarda en calentarse. Por lo tanto, las paredes mantienen un ambiente fresco dentro de la casa que evita el uso de ventiladores o aire acondicionado que genera más gases de efecto invernadero. Una casa de este material es 30% más económica en comparación con las tradicionales y requiere un mantenimiento mínimo.
El nuevo modelo de casas
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Una construcción pequeña para dos o tres personas puede tardar cuatro semanas en estar lista, pues no requiere estructura interna y sólo necesita una base de concreto. La mezcla del material reciclado sólo es evidente en áreas como las paredes del baño o una habitación en la que la textura y los colores naturales de la placa sirven como decoración.
El tiempo que tarda el plástico en degradarse en el ambiente en la mayor ventaja de este modelo. Una casa construida de plástico tarda en deteriorarse, al menos, 150 años.
El sueño sigue
Con este descubrimiento espinosa y su equipo han desarrollado otras formas de aprovechar el material y producen también mobiliario urbano como bancas de parque, mesas y postes para zonas agrícolas. Además de que pueden servir de rejillas para alberca, carrocería de camiones, casetas de seguridad y aulas escolares.
Los nuevos usos que se encuentran para los desechos y plásticos siguen apareciendo y sorprendiéndonos. No hay duda de que cuando luchas por un futuro mejor para el mundo, cosas increíbles pueden surgir. En Mexpo queremos seguir impulsando el talento para la creación de soluciones innovadoras que hagan un cambio positivo en el planeta. Contáctanos y cambiemos el chip en pro del medio ambiente. **
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