Es necesaria la acción inmediata para evitar el impacto negativo de la contaminación a nuestro planeta. En Mexpo estamos conscientes de ello, por eso siempre estamos en la búsqueda constante de nuevas soluciones para contrarrestar la contaminación que afecta al medio ambiente. Hoy queremos ser más prácticos y te compartimos 15 ideas de cómo empezar a ayudar a nuestro planeta.
Acciones como tener una casa más ecológica y menos tóxica depende de la forma en cómo consumimos y vivimos, hacia una tendencia más circular. “Son tus hábitos los que marcan que eres realmente sostenible”, apunta Victoria de Pereda, responsable del departamento de sostenibilidad del Instituto Europeo de Diseño (IED). Empecemos con el conteo.
Esta es una de las claves de la ecología y del consumo responsable. Alba Sueiro, autora del blog Una vida simple lo explica mejor. “El minimalismo no es tirar lo que tienes. Es no comprar más de lo que necesitas aplicado a todo: a las lentejas, a los muebles y a la ropa. El ritmo del planeta no aguanta nuestro consumo. Hay que consumir menos y reutilizar… No necesitas tantas cosas que luego, además, has de limpiar. Dale más valor a tu tiempo”.
Victoria de Pereda recomienda comprar en cooperativas, a proveedores conocidos, a granel y producto de proximidad. “Si viene de lejos no lo compres, ten en cuenta la huella de carbono del transporte de las frutas. Consume fresco, ecológico y de temporada”. Denuncia el abuso del consumo de proteína animal y productos procesados.
“Nunca calientes en plástico un alimento ni metas comida recién cocinada”, recuerda la autora del libro Vivir sin tóxicos (RBA, 2017), Elisabet Valverde, bióloga y experta en bioconstrucción. Se recomienda utilizar vidrio (no cristal), cuyo ciclo de vida y reciclaje es casi eterno. Echa mano de botellas, tarros, y topers para guardar tu comida y las sobras; no rellenes botellas de plástico.
La profesora recomienda el vidrio y el acero inoxidable. Además, es bueno filtrar el agua antes de comprarla embotellada y no dejar los envases al sol.
Es recomendable también cultivar nuestro propio huerto, “sólo plantas que se vayan a consumir cotidianamente”. Para quienes quieran un huerto, pero no tengan espacio, hay soluciones originales y ecológicas como los huertos verticales e hidropónicos (sin tierra, con luz y agua) que permiten cultivar plantas aromáticas, frutas y flores.
Una de las mejores maneras de aprovechar la comida, y no tirarla es elaborar una lista de la compra consciente para no comprar de más. Existen proyectos como Too Good to Go que “rescata comida” en restaurantes y mercados y los invita a venderla más barata. Otra propuesta es la de Oriol Reull, de TGTG, que recomienda revisar, donar, congelar o compostar y mejorar la información del etiquetado.
“Lo que está en contacto con la piel debe ser de mejor calidad”, defiende Gema Gómez, directora de la consultora Slow Fashion Next. La apuesta es por fibras sanas, sostenibles y naturales como el lino, cáñamo, algodón orgánico desde la ropa interior, toallas o cojines al colchón (de látex).
Además del contaminante proceso de tintado (el agua va a los ríos), la ropa es una de las cosas con peor reciclado, entre otros, porque está hecha de fibras cortas y mezcladas.
Antes de ir directamente a tirar la ropa que no uses o alguna otra respuesta, primero ve si se le puede dar una nueva vida: repararla, venderla o intercambiarla. Muchas tiendas recogen ropa; incluso hay contenedores para recolectarla.
Hay un gran número de artículos de cuidado personal que dejan residuos en nuestro organismo y en la tierra. Además de conocer el origen y composición de cremas y geles, hay que estar atentos a sus etiquetas, revisar si es un producto bio, ecológico, no probado en animales, vegano, etcétera.
Algunas recomendaciones son: comprar champú y jabón en pastilla, y en el caso de preferir líquidos, es mejor comprarlos a granel; usar un cepillo de dientes reciclable o de fibras naturales.
Hacer uso de productos ecológicos es importante porque de las superficies tratadas se evapora el agua y queda el químico. Además de ventilar, también hay que tener en mente que lo que se desecha por aire y desagües va a los acuíferos y al mar. “Limpiamos ensuciando porque introducimos sustancias tóxicas por el uso de productos y estamos expuestos a ellos todo el tiempo”.
Las plantas juegan un papel esencial para limpiar la atmósfera de químicos. El proyecto de bioconstrucción IntGarden establece: “Medimos los componentes perjudiciales del aire y diagnosticamos cuántas y qué plantas pueden ayudar a purificar el espacio”. Una solución puede ser colocar macetas en el suelo, colgadas o en forma de jardín vertical. “Filtran sustancias del aire con sus hojas, tierra y raíces”.
Para limpiar la casa, la cofundadora del proyecto IntGarden, Nuria Gil, recomienda plantas de hoja verde como potos, arecas, dracenas, sansevierias, anturios espatifilos y ficus.
Una gran parte de los utensilios que se usan en la cocina son de plástico; la madera es más resistente y natural. Pero, hay que tener cuidado con los barnices que se utilizan sobre ella. El barniz de madera comúnmente se obtiene de fuentes que no son ni sostenibles ni éticas. Si de verdad queremos un hogar ecológico, debemos preocuparnos por la fuente de dónde viene el material y qué certificaciones tiene.
Para ahorrar agua y tener conciencia del uso de ésta, se sugiere poner lavaplatos y lavadora a máxima carga, con programa eco, y comprar electrodomésticos de certificación A+ o A+++. También se recomienda usar dos recipientes para enjuagar y aclarar, colocar un aireador en el grifo para tener una sensación de caudal, sin desperdiciarlo. Mejor duchas que baños, y con los dientes, abrir la llave sólo para aclararse.
Además de minimizar los campos eléctricos en los dormitorios, otras recomendaciones en cuanto a energía son: cambiar las bombillas por led, no dejar cargadores enchufados ni encendido el piloto de los electrodomésticos. Los radiadores, bajo las ventanas; bajar persianas para mantener el ambiente fresco en verano y cálido en invierno “entre 25 ° y 21 °”. Sellar los ventanales, “por dónde más temperatura se pierde”.
La obsolencia programada (la fecha de caducidad de los aparatos) cada vez está peor. Cada vez se arreglan menos cosas porque la calidad de sus componentes es más baja y pueden romperse, porque los artículos no se pueden abrir y las reparaciones son más costosas que el comprar uno nuevo. Si hay productos que ya no quieres, dónalos, véndelos o llévalos a un punto de reciclaje.
Lee las etiquetas de lo que consumes. El etiquetado debe ser confiable; por lo tanto, debe demostrar de dónde viene, cómo ha sido hecho y su impacto cuando se quiere desechar. Entre las certificaciones que podemos revisar están: i, vegano, asegura que los animales no han sido maltratados; Resposible Down, similar a la anterior. Otra es GOTS, certifica la trazabilidad de la tienda; y por último OEKO-TEX 100, que contempla la salud para el consumidor, aunque no es su responsabilidad medioambiental.
Sigue estos consejos y ayudemos a nuestro planeta. Es hora de cambiar el chip y ser ese cambio que necesita nuestro medio ambiente, siendo más ecológico. En Mexpo, estamos en la búsqueda constante de nuevas soluciones para proteger al medio ambiente, contáctanos. **
Con apoyo de El País
Dejar un comentario