El reciclado de aluminio constituye una de las actividades más exitosas para lograr la preservación de la energía y del medio ambiente; y al mismo tiempo una gran oportunidad de mercado, debido la gran cantidad de desechos que quedan sin reciclar.
En México por ejemplo y según datos oficiales, se estima que diariamente se generan 7.5 toneladas al día y se recicla en promedio el 40%.
Por ello, y bajo la lógica de una gobernanza ambiental, que tiene que ver con la creciente participación de la sociedad para ayudar a crear el tipo de país que queremos ser en el futuro, la conciencia del reciclaje en todo tipo de materiales, no sólo papel y PET, debe ser de suma importancia.
El aluminio tiene características que lo hacen interesante para ser reciclado:
Alto rendimiento energético: El reciclaje de los productos de aluminio bajará los costos de energía necesarios para producir el aluminio primario, siendo del orden del 35% del costo total.
Utilización infinita: El mismo aluminio puede ser refundido o reciclado infinitamente, sin perder sus características físico-químicas.
Productos iguales: Los lingotes que se obtienen en el reciclado se pueden utilizar para hacer los mismos productos reciclados. Por ejemplo, la lata de aluminio reciclada volverá a ser lata.
Proceso controlado: El reciclaje genera residuos, pero tratados de forma adecuada no perjudicarán el medio ambiente.
Preservación de reservas naturales: El reciclado de una tonelada de aluminio propiciará la no utilización de 5 toneladas de bauxita. De esta manera, se ayuda en la recuperación de los recursos naturales que tenemos en el planeta.
Algunos objetos metálicos para reciclaje son:
Latas de conservas
Latas de cerveza
Tapas de metal
Botones de metal
Pale aluminio
Bolsa interior de la leche en polvo
Alfileres
Alambre
Cacerolas
Beneficios para el medio ambiente
El proceso de reciclado del aluminio favorece al medio ambiente, así como a la economía y a las personas. Producir aluminio a partir de chatarra provoca un ahorro del 95% de la energía que se utilizaría para producir, a partir del mineral virgen.
El 100% del aluminio puede reciclarse, sin disminuir su calidad. Durante el proceso del reciclado no cambian las características del material. Además, no es necesario eliminar otro tipo de materiales adheridos, gracias a que tanto la tapa como la lata son de aluminio.
Proceso de reciclado:
Las latas de aluminio y acero se comprimen para llevarlas a la planta de reciclado.
Las latas comprimidas se meten en una trituradora para desmenuzarlas.
Un enorme imán que se sitúa sobre el metal, separa el acero del aluminio. Los dos metales tienen un proceso diferente en el reciclaje.
El aluminio se funde y se moldea en lingotes de 25 toneladas.
Los lingotes de aluminio se funden y se pasan por rodillos para formar láminas finas, de esta forma se hacen latas nuevas.
¿Cómo reducir el impacto ecológico que provocan estos materiales en el planeta?
Además de consumir productos con envases retornables, solicitar contenedores para latas y evitar la adquisición de productos con envase metálico (si no resulta estrictamente necesario), también sugerimos hacerse las siguientes preguntas que nos resultaron muy interesantes y prácticas:
¿Es realmente necesario lo que estoy a punto de comprar?
¿Este producto fue elaborado de manera que no contamine o de manera sustentable?
¿Durará mucho tiempo?
¿Contaminará al ser desechado?
¿Dónde fue fabricado y bajo qué circunstancias?
¿Fueron usados los materiales para hacerlos reusables o reciclables?
¿Existe un producto similar pero con menos empaques?
Dejar un comentario