La actividad de reciclaje de PET en México ha tenido un cambio acelerado en los últimos diez años, que ha permitido el florecimiento de una cadena de valor, fortalecida en todos los eslabones.
El cambio tuvo su primera semilla en 1995 con la fundación de Aprepet A.C., entonces llamada Asociación para Promover el Reciclado del PET, que reunía a productores de materia prima, transformadores y compañías embotelladoras, principales usuarias del material. De acuerdo con Santiago García, director de la entidad, se creó como un espacio para discutir únicamente temas relacionados con el medio ambiente; y se basó, en cierta medida, en lo que había hecho Napcor, en Estados Unidos.
“Detectamos que el manejo deficiente de los residuos de PET estaba ocasionando una gran contaminación visual que generaría presiones de la sociedad y del gobierno. Entonces, quisimos adelantarnos e iniciar acciones para fomentar la separación en la fuente, crear un esquema de acopio de PET y promover el reciclaje”, añadió.
La evolución del reciclaje de PET
El ejecutivo señala que en una primera fase, Aprepet se enfocó en difundir el mensaje acerca de las bondades del reciclaje, y en demostrar que no se debía prohibir o gravar los envases de PET, porque al ser reciclados traen diversos beneficios para la sociedad.
En una segunda fase, la asociación se encaminó hacia la preparación de estudios científicos que respaldaran la posición del gremio y que pudieran ser usados como base de decisión para políticas públicas.
En una tercera fase, con un negocio de reciclado a gran escala, su tarea es velar porque las condiciones de mercado sean justas e interceder ante el gobierno para lograr apoyos fiscales, necesarios sobre todo por la competencia de los compradores de materiales de China, asegura García.
Ecoce para el reciclaje
Con respecto a los principales retos del reciclaje de PET en México, el ejecutivo señaló el manejo de la dependencia entre el precio del PET reciclado y el acopio. “En México como en toda América Latina, la separación y el acopio de materiales reciclables los hacen individuos y sectores informales. Si el PET no tiene un precio atractivo, prefieren interesarse en recoger aluminio, vidrio u otros materiales. Entonces, ante una dinámica de fluctuación de precios no se podía garantizar un suministro consistente de botellas para instalar una planta”, comentó.
Ante esta situación, del seno de las discusiones en Aprepet surgió Ecoce en 2002. Esta asociación civil sin fines de lucro administra un fondo creado por las empresas asociadas, con el cual opera el primer Plan Nacional Voluntario de Manejo (ACOPIO) de los Residuos de Envases de PET de las empresas envasadoras agremiadas; y que representan el 61% de los usuarios de estos envases. Ecoce está conformada por 30 grupos y más de 60 marcas de la industria productora de refrescos, aguas carbonatadas, aguas purificadas, de condimentos y alimentos.
De acuerdo con el Ing. Jorge Treviño Aguado, director general de Ecoce, el detonante para el surgimiento de la entidad ocurrió en 2001. La oportunidad se dio cuando el espacio disponible en el relleno sanitario Bordo Poniente en Ciudad de México se estaba ocupando a un ritmo muy acelerado y según un estudio del Gobierno Federal se debía en gran parte a la forma como estaban siendo dispuestas allí las botellas de PET. Así es que se le exigió a la industria embotelladora tomar acciones concretas para solucionar la situación.
El ejemplo a seguir
La industria embotelladora comenzó a estudiar iniciativas de este tipo en el mundo y encontró el caso de Ecoembes, en España.“Analizamos el contexto mexicano y vimos que era viable contratar a empresas acopiadoras para recogieran PET. A través del fondo, subsidiamos el precio del PET para garantizar el acopio. Así, fomentamos el valor del PET postconsumo y les garantizamos a los pepenadores (recicladores) que siempre tendrían una utilidad, y no estarían sujetos a las variaciones de precios del PET, en un momento en el que no había mercado suficiente. Si con el precio del mercado fluye la recuperación, Ecoce no participa, pero si caen los precios, entramos y soportamos la operación con una contraprestación. Esta medida nos permitió generar una masa crítica de recuperación de material quedetonó nuevos proyectos”, comento el Ing Jorge Treviño.
El director general de la entidad subraya que Ecoce es la punta de lanza que rompió la inercia en la discusión de qué era primero: si una planta de reciclaje o el abasto. “Una no puede subsistir sin la otra. Sin embargo, nosotros nos fuimos por apoyar primero el abasto y ya fueron llegando proyectos de reciclaje local cuando se pudo garantizar una estabilidad”, concluyó. De acuerdo con el ejecutivo, con estas medidas Ecoce también busca garantizar que el material que se acopie en México sea transformado en México. “Fomentar una industria mexicana local de reciclaje, que le dé valor agregado al material, genera certidumbres en empleo, beneficios sociales y beneficios ambientales”.
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